No me prometas el cielo si no pódes llegar a él. No trates de engañarme más, yo se que todas tus palabras valen lo de un maní, y eso es mucho decir. Si, mentiras. De tu boca, de esos labios, salen mentiras. Y si no provienen de allí, provienen de tu lapicero al escribirme tantas notas de amor. Que siempre fui tu todo, que soy todo lo que pensás, que nunca pudiste decirme eso por miedo, que nunca te animaste a hablarme o mirarme a los ojos sin tartamudear. ¿Quién te lo cree? Ni vos, ni tu amigo que hoy te dijo; "ey, cero códigos los tuyos". Yo escucho todo, soy mu observadora. Ya me lo dijeron mis amigas, mi familia, y vos una vez. ¿Pero quién te crees que sos? Porque, para mí solo uno en el montón. Eso es lo que sos. Nada. Un nada que se cree todo lo que pienso. ¿Qué sería lo peor que me podría pasar? Creerte, engancharme y desilusionarme. Como siempre pasa. Hoy soy así, dura, porque me canse del engaño. De creer y llorar. Basta de lágrimas. Ojalá esto tome alguna vez su rumbo, pero por favor... MATATE....
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